Hace poco tuvimos un pequeño incidente: el Ratoncito no pudo encontrar el diente que le habíamos dejado bajo la almohada, porque de tantas y tantas vueltas que el niño dio durante la noche, lo había lanzado lejos. Menos mal que como es comprensivo nos dio otra oportunidad y vino al día siguiente a hacer el trueque: ¡un regalo por el diente!.
Para que no nos vuelva a pasar, a partir de ahora los dientes se quedan a buen recaudo. ¡Ahora seguro que sí lo encuentra a la primera!